NOTA EDITORIAL

 

El papel de las redes de colaboración en la integración del conocimiento científico

 

The role of collaborative networks in the integration of scientific knowledge

 

Josía Jeseff Isea Argüelles

fundakoinonia@gmail.com  

Fundación Koinonía, Santa Ana de Coro, Falcón, Venezuela

https://orcid.org/0000-0001-8921-6446  

 

Dentro del conjunto de estudios sobre redes científicas, se estima que la red de relaciones de colaboración entre investigadores es la más frecuentemente usada, por la relativa facilidad de acceso a datos empíricos, por la masificación del uso de internet, email y bases bibliográficas en línea. Sin embargo, muchos de los estudios de redes son fragmentarios en sus intenciones, escasos en sus dimensiones y focalizados en puntos concretos (autor, país, red bibliográfica, co-citas). Por tanto, apenas se han producido estudios metodológicamente válidos sobre unidades amplias: disciplinas, ciencias y mucho menos bandas de conocimiento.

En particular, el estudio de las redes de colaboración como soporte de coordinación intra e inter conocimiento ha tenido limitaciones. Es a través del conocimiento que se pueden obtener las ideas para implementar nuevas soluciones a los problemas. Las empresas dependen, entre otras cosas, del conocimiento para desarrollar e implementar nuevas tecnologías, nuevos productos, mejorar los existentes e implementar estrategias innovativas.

En este sentido, existen dos conceptos fundamentales que permiten que se realice la transferencia del conocimiento. El primero de ellos es la integración, que refiere a la combinación de los conocimientos de diferentes fuentes para derivar nuevos conocimientos. Y el segundo de ellos es la diferenciación, que permite descomponer un concepto complejo en partes más sencillas permitiendo el tratamiento independiente de cada una de ellas (Fuentes et al., 2022; Blanco & Pirela, 2022).

Desde el seno del conjunto de actividades llevadas a cabo por la ciencia, la tecnología y la sociedad, se disponen de una serie de herramientas y plataformas digitales que facilitan tanto el acceso a la información científica como el establecimiento de redes colaborativas en torno a líneas de trabajo y problemáticas comunes. Las interacciones propiciadas por estos nuevos espacios suponen la articulación de colaboraciones para:

·         el desarrollo de proyectos específicos;

·         el establecimiento de comunidades de investigación en base a temáticas o áreas del conocimiento;

·         el desarrollo de redes de colaboración interinstitucionales;

·         una mayor visibilidad y aceleración de los procesos de difusión y apropiación social del conocimiento generado;

·         o una mayor facilidad para compartir con el conjunto de la sociedad los debates, hallazgos, evidencias y aplicaciones del método científico.

En este sentido, una política de evaluación y fomento de una cultura colaborativa entre los miembros de la comunidad científica en su quehacer académico permite acortar brechas particulares y mejorar la calidad de los proyectos de investigación en una lógica de red. Abogando por una política de trabajo en red, el vínculo interdisciplinario se reduce y la capacidad instalada se amplifica. Para los distintos vínculos (intradisciplinarios e interdisciplinarios) soportados sobre los nodos y redes, las relaciones entre ellos conciernen tanto a simetrías como asimetrías (López Yáñez & Sánchez Moreno, 2021).

No obstante, no a todo el conocimiento le resulta sencillo incorporar datos sobre eventos, propiedades y componentes complejos de la realidad. Si bien los paradigmas cualitativos son más propicios a esta tarea, el resultado de ello es que la integración de múltiples puntos de vista parece abocada al debate. En cuanto al uso de redes entre investigadores, ciertos trabajos han analizado su efecto en el desarrollo social y profesional del investigador, no pudiendo desestimar el efecto del comportamiento intencional de los agentes intervinientes en sus actividades individuales.

Por tanto, el análisis de las redes locales se presentan como un modelo adaptado a la tendencia hacia la integración entre la actividad científica universitaria y la empresa. En este sentido, los gobiernos y las universidades han actuado como embriones del proceso creando parques y polígonos empresariales altamente cualificados, gestionados por las denominadas Fundaciones Universidad-Empresa. Sin embargo, esta forma de organización se ha mostrado claramente insuficiente en el terreno de la gestión de la ciencia. La aparición en el mundo occidental globalizado de una serie de actores relevantes (universidades, empresas, hospitales, etc.) altamente fragmentados ha sido receptáculo de inversiones necesarias, pero poco rentables en términos de propulsión de la innovación y de la gestión de la ciencia.

 

REFERENCIAS

Fuentes, O. G., Rivas, M. R., & Figueira, M. E. M. (2022). STEAM en Educación Infantil: un análisis de contenido del currículum oficial. Profesorado, Revista de Currículum y Formación del Profesorado, 26(3), 505-524.

Blanco, N. & Pirela, J. (2022). La complementariedad metodológica: Estrategia de integración de enfoques en la investigación social. Espacios públicos.

López Yáñez, J., & Sánchez Moreno, M. R. (2021). Red, comunidad, organización. La escuela como ecosistema de la innovación educativa. REICE-Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 19(4), 31-54.

 

 

Dr. Josía Jeseff Isea Argüelles, PhD.

      Presidente

      Fundación Koinonia