http://doi.org/10.5281/zenodo.15285097
ARTÍCULO DE REVISIÓN
CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
Cultura de paz como valor universal en el contexto universitario
Culture of peace as a universal value in the university context
Nicolás Javier Rodríguez Partidas
nicolas.rodriguez702@gmail.com
Fundación Koinonia (FK), Santa Ana de Coro, Falcón, Venezuela
https://orcid.org/0000-0001-8813-2080
Josía Jeseff Isea Argüelles
ui.josiaia82@uniandes.edu.ec
Universidad Regional Autónoma de los Andes, Ambato, Tunguahua, Ecuador
https://orcid.org/0000-0001-8921-6446
Maribel José Giménez-Guariguata
gimenezmaribel1@gmail.com
Universidad Bolivariana de Venezuela, Punto Fijo, Falcón, Venezuela
https://orcid.org/0000-0002-2178-9384
Recepción: 12/03/2025
Revisado: 23/03/2025
Aprobación: 25/03/2025
Publicado: 02/05/2025
El presente artículo tiene como propósito realizar una revisión bibliográfica de las distintas perspectivas destinadas a fortalecer la cultura de paz como valor universal en el contexto educativo universitario. Por ende, se analizan las distintas formas de resolver conflictos atendiendo a la estructura básica moral de la persona desde un punto de vista integral y holístico. La investigación deriva de ciertas experiencias vivenciadas por los docentes del área de Educación de la Universidad Nacional Experimental “Francisco de Miranda”, quienes a raíz observación de las conductas estudiantiles en debates, discusiones y trabajos en equipo evidenciaron que los mismos presentan dificultades para llegar a un consenso en pro de la solución de problemas del aquí y el ahora. En tal sentido, este estudio de revisión documental persigue precisar las estrategias apropiadas que podrían ayudar a la resolución de conflictos mediante la cultura de paz.
Descriptores: Cultura de paz; valor universal; resolución de conflictos; universidad.
The purpose of this article is to carry out a bibliographic review of the different perspectives aimed at strengthening the culture of peace as a universal value in the university educational context. Therefore, the different ways of resolving conflicts are analyzed taking into account the basic moral structure of the person from an integral and holistic point of view. The research derives from certain situations experienced by teachers in the Education area at "Francisco de Miranda" National Experimental University, who as a result of observing student’s behaviors in debates, discussions and teamwork evidenced that they have difficulties for reaching a consensus to solve the here and now problems. In this sense, this documentary review study seeks to specify the appropriate strategies that could help with the solution of conflicts through the culture of peace.
Descriptors: Culture of peace; universal value; conflict resolution; university.
De acuerdo con Tünnermann (1996), la cultura de paz constituye un proceso que se desarrolla sobre la base de las creencias y acciones de las personas, es decir desde su ser, desde su formación y desde sus raíces culturales, lo cual es reflejo de sus conductas y acciones en la sociedad. Es por ello que se considera necesario profundizar el tema sin obviar el rol que desempeña el hogar, la comunidad, la escuela y la universidad.
Por consiguiente, se busca que la investigación trascienda el aula por medio de estrategias signadas por diversos autores que no sólo sirvan de fundamento a la solución de conflictos académicos sino también familiares, sociales, entre otros enfocándose, sin lugar a dudas, en los valores. Al respecto, Tünnermann (1996) expone que la cultura de paz contribuye al alcance de una nueva noción de paz “mediante el desarrollo de una cultura de la paz, fundada en los valores universales del respeto a la vida, la libertad, la Justicia, la solidaridad, la tolerancia, los derechos humanos y la igualdad entre mujeres y hombres". Dentro de este orden de ideas, es de suma importancia destacar que nuestra sociedad amerita profundizar sobre este tema y, para ello, es necesario continuar realizando investigaciones que involucren a cada individuo, con el propósito de invitarlo a reflexionar sobre sus debilidades y fortalezas para aceptar a los demás y manejar las diferencias.
Para el abordaje de cada aspecto, el artículo se estructura de la siguiente manera: una visión general sobre la cultura de paz; la paz como valor universal; la paz, sus disciplinas y su estructura. Todos estos aspectos se desarrollarán con el fin de presentar un preámbulo que facilite la posterior comprensión de todo el contenido.
Una vez culminados estos apartados se presentarán los filósofos que, desde la antigüedad, han enfocado su atención en el manejo del conflicto desde un punto de vista dialógico, dialéctico y consensuado. Igualmente, se presentan los teóricos que resaltan los retos asumidos por los individuos al momento de enfrentar un conflicto. De esta forma, sus teorías mostrarán no sólo cómo se han desempeñado sino cómo debe desempeñarse el humano dentro y fuera del contexto universitario desde un punto de vista moral.
En resumen, este estudio tiene como objetivo realizar una revisión bibliográfica de las distintas perspectivas destinadas a fortalecer la cultura de paz como valor universal en el contexto educativo universitario. Por consiguiente, se busca especificar, según algunas concepciones de autores, las estrategias que coadyuven a los estudiantes a resolver situaciones del aquí y el ahora iniciando desde el aula.
Para iniciar es menester destacar en qué consiste cada uno de los aspectos que introducen el tema de la cultura de paz como valor universal en el contexto universitario.
Cultura de paz
Flores y Suárez (2016) perciben la formación no sólo desde el conocimiento sino desde los valores. De igual manera, la UNESCO (2000) en su Manifiesto supone la no violencia para la construcción y práctica del concepto de paz. Por su parte, Oñate (2015) expresa que la cultura de paz es el “comportamiento cotidiano que se traduce en acciones, formas de vida, hábitos y actitudes que favorecen y van a favor de la no violencia”, fomentando así “la paz, la tolerancia, la convivencia y el respeto a las ideas”.
En términos generales, la cultura de paz constituye la clave para el fomento de los valores, con el propósito de promover una conducta adecuada al momento de resolver conflictos.
La paz como valor universal
Los valores universales desde su noción axiológica, son aquellos componentes de la convivencia que, según Gallo (2006) pueden ser subjetivos (como propiedad exclusiva del sujeto y como este los percibe para actuar en el mundo); asimismo, pueden ser objetivos (en la medida en que pueden ser analizados, comentados y comunicados).
A este respecto, los valores constituyen parte de la vida del ser y pueden precisarse en su conducta así como en sus interacciones dentro del manejo de situaciones cotidianas. Por ende, son de gran relevancia para el desarrollo de este artículo, debido a que se fundamenta en una revisión documental que brindará las estrategias apropiadas para la sana convivencia en el aula a nivel universitario.
Desde un contexto amplio, los valores también son universales debido a que se matizan como componentes esenciales del día a día de los seres humanos a nivel mundial. Si no enfocamos nuestras culturas en los valores, la sociedad se vería afectada desde todo punto de vista; es decir, se podría incitar a un desequilibrio en la estabilidad del entorno y no existiría tampoco un respeto mutuo entre los individuos que propiciará un consenso en pro de la paz. Por ese motivo, es menester nutrir a la humanidad de las distintas virtudes, cualidades, capacidades y aptitudes que den lugar al equilibrio social y la pacificidad.
A todo lo anterior cabe añadir que la aceptación mutua podría constituir otro valor agregado para la promoción de la paz, ya que implica la admisión de las distintas personalidades que rodean a cada persona y dan lugar a la diversidad de posturas, ideas y concepciones en pro del alcance de diversas metas y del bien común.
La paz y sus disciplinas
De acuerdo con Juajibioy-Otero (2019) entre la amplia base disciplinar de los estudios para la paz se pueden mencionar las diferentes Ciencias Sociales como Política, Sociología y la Economía. A estos cabe agregar: la Psicología, la Antropología y el Derecho y en el área de Humanidades (la Historia, la Geografía, la Religión, la Filosofía, la Literatura, la Lingüística, las Artes), entre otras.
Todo lo mencionado conduce a afirmar que la paz ha sido y será pieza clave en nuestras vidas, por cuanto es fundamental para la solución de diversas dificultades del día a día; por ejemplo, en la familia, en la escuela, en la universidad, en la comunidad, entre otros, con el objeto de propiciar un final armónico y conciliador.
Estructura
Para Juajibioy-Otero (2019), la estructura de la paz está compuesta por la innovación e interacción de cinco ideas-fuerza: el meta objeto (tiene como atributos la transformación y ausencia de aspectos negativos, la presencia y potenciación de aspectos positivos y, en ese ir y venir, una vivencia humana renovada), el metaconcepto (reinventar a partir de la unión en distinción de variadas nociones existentes, sus atributos y lo que resulte emergente de esa interacción continua), el metaproceso (consiste en juntar las dinámicas internas con aquellas que provienen como necesarias de otros subsistemas humanos y con los que adquiere capacidad de auto estructurarse y organizarse en una dinámica propia), el meta fenómeno (resultante de las anteriores y supone la continua adaptación y evolución desde la transformación de los distintos subsistemas humanos con los que interactúa) y, finalmente, la metaexperiencia (los seres humanos se involucran en la construcción, vivencia, producción de sentido y fundamento del sistema pacífico).
Tal como se puede apreciar, la unión de estas ideas- fuerzas reúnen un todo fundado en un proceso de construcción de la paz emanado de la interacción entre los seres humanos, sus dinámicas, adaptaciones, evoluciones y vivencias, cuyo objetivo gira en torno a la consolidación de un paradigma sólido de pacificación universal.
Una visión retrospectiva de la cultura de paz
Ahora bien, ¿cómo se ha logrado la construcción de la cultura de paz? En el caso del presente artículo, se tomará como base la revisión documental de las perspectivas filosóficas, a fin de mencionar todas aquellas posturas que han podido contribuir a una formación óptima cimentada en la cultura de paz como valor universal desde el aula. Para tal fin, corresponde puntualizar en qué consiste el valor universal, el cual según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (2019, p.2) se define como “las cosas o comportamientos que creemos deberían privilegiarse y promoverse en la vida de todos los seres humanos”, por ejemplo, nuestros dogmas y virtudes que según (Platón en ONUDD, 2019, p.4) constituyen “hábitos de conducta para actuar de manera correcta”. Posteriormente, (Aristóteles en ONUDD, 2019, p.5) asume que el ser humano posee virtudes por medio de la reflexión crítica y las virtudes prácticas mediante la actividad política, la cual permite a las comunidades actuar de forma organizada. Asimismo, Confucio en ONUDD (2019) visualiza como aspecto central la virtud o benevolencia hacia los demás como teoría moral considerando el respeto hacia los mayores y la comprensión de las tradiciones y normas que se originan en la comunidad.
Por otro lado, Mencio en ONUDD (2019) calificado como el "segundo sabio de la doctrina de Confucio", propuso cuatro virtudes: benevolencia, rectitud, propiedad y sabiduría asegurando que la familia y la sociedad proveen el cimiento de estas virtudes.
Una vez resumida esta visión retrospectiva, cabe señalar que a pesar de que los filósofos mencionados vivieron en épocas distintas, todos coinciden en la verdadera intención de los valores, la cual se orienta en alcanzar el buen vivir de forma proactiva. En este particular cabe cuestionarse ¿de qué manera se logra tal proactividad? Mediante la educación. De acuerdo a la ONUDD (2019, p. 6) tal educación hace florecer al ser humano, por lo tanto, se debe sacar el máximo provecho de la misma mediante la dialéctica, cuyo método implica participar en debates y diálogos con otras personas y sus diversas perspectivas a objeto de llegar a un consenso (Habermas en ONUDD, 2019).
Para (López, 2011), existen tres etapas de estudio para la paz, las cuales son:
· De 1930 a 1959: Implicó un enfoque violentólogo que impulsó al estudio de la guerra. Se maneja el concepto de paz negativa.
· De 1959 a 1990: Se fundamentó en la creación del Instituto para la Paz de Oslo, surge el concepto de paz positiva. Se hace énfasis en la justicia, el desarrollo y el bienestar.
· De 1990 a la actualidad: Se introduce el concepto de cultura de paz y se hace énfasis en la educación y la comunicación para la paz.
De allí deriva la relevancia de las concepciones que forman parte de dicha comunicación. En atención a lo expuesto, esta investigación toma como plataforma teórica el diálogo, la dialéctica, la diversidad de opiniones, los argumentos y el consenso como parte de las estrategias implícitas en el fomento de la cultura de paz dentro del aula universitaria, las cuales serán precisadas a posteriori en el apartado relacionado con la revisión bibliográfica de las estrategias en atención a las teorías base reseñadas.
Los conflictos de la sociedad
Son muchas las situaciones que el ser humano vivencia en su día a día dentro de la sociedad y muchas las personalidades distintas con quienes el mismo interactúa en su hogar, escuela, universidad y comunidades. Sin embargo, la Biblia nos recalca que todos somos hermanos e invita a aceptarnos tal cual somos. Asimismo, a lo largo de nuestra formación nos aconsejan tratar de evitar conflictos y emplear el habla como núcleo para la comunicación y los acuerdos entre las partes.
Cabe preguntarse ¿cómo se consolida la cultura de paz? Para ello, cabe citar a Alvarado (2016, p. 240) quien expresa que “la consolidación de una cultura de paz en nuestras sociedades es una aspiración para quienes mantienen la esperanza de vivir en un mundo donde prive el respeto y el diálogo intercultural entre los pueblos”. Por tal motivo, es importante resaltar el papel del diálogo, la dialéctica, la argumentación y el consenso entre las partes, por cuanto mediante estos componentes se podría lograr una comunicación sustentada en los valores y la paz.
En este sentido, tomando en cuenta los diversos valores como: el respeto, la honestidad, la convivencia armoniosa, la benevolencia, la rectitud, la sabiduría, entre otros, se puede lograr una coexistencia agradable y confortable. Para lograr tal fin, Alvarado (2016, p. 240) afirma que para evitar una sociedad violenta y llena de conflictos “deberá existir un acuerdo entre los diversos actores sociales para promover acciones que sustenten la paz de las naciones”. La autora agrega que: “la vida no tendría mucho sentido sin el deseo y la voluntad para trabajar por una sociedad más justa y solidaria”.
Por lo tanto, si se habla de una sociedad ecuánime, razonable y fraterna que inicie desde la familia se pueden lograr muchos avances en el fomento de la cultura de paz como valor universal tanto en el contexto escolar como en el universitario. Por ende, sería más fácil para el docente orientar a sus estudiantes desde la base de los valores y la sana convivencia.
No obstante, en el sector universitario se ha percibido que al momento de resolver conflictos del aquí y el ahora, los estudiantes presentan dificultades para solucionarlos de forma apropiada. Es por esta razón que este artículo persigue presentar las distintas estrategias que se pueden emplear para la solución de problemas en el entorno universitario mediante la propuesta de autores que han profundizado en el tema. La idea es exponer sus argumentos y sugerir cómo se podrían ajustar sus propuestas al entorno universitario.
Teóricos que apoyan la cultura de paz
Kuhn (1971) en su libro “La estructura de las revoluciones científicas” muestra como existen diversidad de observaciones, experimentos y hechos que han dado lugar al descubrimiento de leyes y al establecimiento de conclusiones significativas en las distintas áreas del saber científico. Tal fundamento trae a colación la importancia de la pluralidad en todo contexto familiar, social, político, educativo, entre otros. Sin la diversidad nuestras vidas serían monótonas y sin sentido; por el contrario, si nos desempeñamos en un mundo de múltiples opiniones y perspectivas, podemos lograr nuevos conocimientos que favorezcan y optimicen nuestras existencias. En este marco, se puede asumir que Kuhn patentiza una teoría sustentada en la diversidad como punto de partida para establecer paradigmas que orienten la dinámica del ser humano como ente activo capaz de lograr un fin a pesar de las dificultades.
Por otro lado, López (2011, p. 86) expone lo siguiente como primera postura: “un obstáculo serio en las investigaciones en la materia tiene que ver con el hecho de que al estudiar la paz aparece siempre la guerra, de la actuación violenta como forma de definir y enfrentar los conflictos”. También como segunda perspectiva invita dentro de un concepto amplio de paz “a pensar la paz desde la paz, lo cual demanda aprender a identificar, convivir y regular de manera constante los conflictos sin violencia.
Dicho de otra manera, para generar una cultura de paz no sólo se debe pensar previamente en la guerra sino que desde el punto de vista de la pasividad también se puede generar la paz. ¿De qué forma? Mediante la integración del diálogo y el consenso sobre todo en el ámbito educativo donde se involucran una serie de aspectos que no son visibles al ser humano; por ejemplo, en el contexto universitario un docente no conoce la personalidad de cada estudiante en su totalidad, lo cual es algo intangible y en ocasiones cuesta saber qué esconde el individuo dentro de sí requiriendo quizás ayuda para la resolución de sus conflictos. Del mismo modo, tal docente no conoce a cabalidad el conflicto personal que puede existir entre los aprendices y al momento de promover el trabajo en equipo puede influir en la toma de decisiones. Estas situaciones u otras ameritan de una comunicación erudita que permita la conciliación y la armonía entre las partes dentro de este campo.
Desde otro punto de vista, Lozano (2011, p. 12) en una revisión teórica que el autor realizó, encontró que para transformar un conflicto, según Galtung, se deben considerar tres fases que pueden ayudar a fomentar la cultura de paz: la primera consiste en la diferenciación entre las metas justas o legítimas con respecto a las metas injustas o ilegítimas (Nicolescou en Lozano, 2011), es decir, “hacer un análisis del presente, conocer quiénes son los actores involucrados en el proceso, su comportamiento, y sus relaciones en contradicción con los demás”. Por ende, se acude a la lógica de TRASCEND, la cual “significaría no sólo una relación de ganar−ganar, sino también, de resolver la incompatibilidad de las metas sobre la base de satisfacer las necesidades humanas básicas de todas las partes o los actores en conflicto”. El autor agrega que “una transformación personal ayuda al alumno a develar la realidad con una actitud crítica y lo invita a actuar con medios de paz”. Para ello, es necesario centrarse en la creatividad. La segunda fase constituye el entendimiento de las actitudes, cuya concepción se centra en:
Identificar lo sucedido en el pasado y lo que no sucedió a pesar de haberse esperado que pasara e influyera en la situación presente. Si en el presente no se ven opciones, se revisa el pasado para señalar qué se pudo haber hecho para prevenir un conflicto o mejorar el manejo de una situación no óptima, así como incrementar la capacidad para dar solución a los retos presentes.
En otras palabras, esta afirmación corrobora que nunca es tarde para solucionar un problema y no hay nada que no pueda solventarse. En este particular, se toma el pasado como punto de partida clave para la superación de una problemática.
En la tercera fase, se integran las metas legítimas en una fórmula integral, por consiguiente, “las metas de unos y otros actores, se comienza a observar como un reto compartido por resolver en el que, a través del uso de la creatividad, se intenta poner en la mesa una estrategia para la resolución positiva del reto”. (Graf, 2007 en Lozano, 2011, p. 15).
Tomando en consideración todo lo expuesto por Graf en Lozano, se puede apreciar que su concepción constituye un modelo a seguir para las estrategias que los docente pueden emplear a fin de ayudar a los estudiantes a resolver sus conflictos cuando trabajan en equipo dentro del entorno universitario “para promover cambios no solo a nivel superficial sino a nivel estructural”. (Lozano, 2011, p. 15).
Estrategias sustentadas en diversas posturas
Para Oñate (2015) a lo largo del tiempo se han empleado estrategias para la cultura de paz dentro y fuera del ámbito escolar, cuyos resultados han sido poco duraderos. Esto puede deberse a que las estrategias y actividades han sido impuestas y poco comprensibles. Tomando su postura como enfoque dentro de este artículo, se puede afirmar que una de las estrategias a emplear lo constituye un diagnóstico de necesidades personales y sociales considerando los intereses de los estudiantes de manera anónima, con el propósito de explorar qué posibles conflictos pueden presentar para trabajar ya sea de forma individual o en equipo y qué posibles soluciones pueden aportar los mismos de forma tal que el docente pueda planificar en función no sólo de lo observado sino de lo expresado por sus estudiantes.
Con base en lo expuesto, Oñate (2015) propone como una de sus sugerencias: evitar emplear la misma estrategia para todos los estudiantes, por cuanto es necesario conocer y comprender el perfil de los estudiantes que pudieran haber sido testigos, víctimas o victimarios de la violencia, con la finalidad de acudir a un comportamiento controlado, educativo y efectivo. De igual forma, la autora supone los “emprendimientos de acción” que consiste en “la implementación de variadas estrategias pedagógicas de forma sistemática, basadas en elementos cognitivos, sociales y afectivos; creando espacios para socializar”, promoviendo el respeto, la tolerancia, la solidaridad, la justicia, en actividades de y por la paz, tales como: mensajes, lecturas, ayudas sociales, entre otras.
Por otra parte, la ONUDD (2019) propone hacer una representación en la que se les pida a las personas hacer una Declaración Universal de Valores Humanos, en otras palabras, actuar como representantes de distintas tradiciones y tratar de crear un documento como la del organismo (DUDH). Tal consideración es propicia para las estrategias a aplicar dentro del aula en un entorno universitario.
Para Esquivel y García (2018), la educación se fundamenta en cuatro pilares: aprender a conocer (aprender a comprender el mundo que la rodea), aprende a hacer (formación profesional), aprender a vivir juntos (idea de enseñar la no violencia en la escuela como aspecto loable) y aprender a ser personas (despliegue completo del hombre en toda su riqueza y en la complejidad de sus expresiones y de sus compromisos; individuo, miembro de una familia y de una colectividad, ciudadano y productor, inventor de técnicas y creador de sueños). Dichos pilares, aunados a los principios de la cultura de paz, suponen según las autoras: enseñar y aprender a resolver conflictos; educar en valores (justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad, actitud crítica, compromiso, autonomía, diálogo, participación); educación desde y para la acción; proyectos educativos; recuperar la idea de paz positiva (paz entre los alumnos-padres-profesores; entre ciudadano y poder).
Bajo esta concepción, se pueden generar estrategias tales como la promoción de diálogos, juego de roles, trabajos grupales, debates, simulaciones de situaciones en los que se resalten los valores como ejes transversales de cada actividad.
En otro orden de ideas, Juajibioy-Otero (2019) considera apremiante lograr construir un nuevo paradigma pacífico capaz de integrar varias ideas-fuerza que conlleven la constitución de un subsistema pacífico dependiente e independiente de otros subsistemas humanos —Estado, democracia, sociedad, etc. En este marco de ideas, se pueden generar estrategias que, desde la dinámica social, promuevan la paz. Ahora bien, ¿cómo se logra? A través de situaciones hipotéticas empleando las TIC. A manera de sugerencia, un ejemplo de ello se presenta a continuación: la estrategia se denomina “la interacción pacífica”. Entre las acciones a realizar se destacan: la comunicación dinámica entre los espectadores. Como recurso se emplea el video en el que se presentan situaciones de guerra que requieren de aportes para una solución. Posterior a esta fase, los estudiantes presentan sus sugerencias para la resolución de las problemáticas expuestas mediante una plenaria, con el objeto de declarar las posturas consensuadas con respecto a las situaciones observadas.
Esta estrategia de interacción se puede aplicar de forma continua para lograr despertar en los aprendices no sólo su motivación sino su también su interés hacia el trabajo en equipo, horizontal y conciliador. Del mismo modo, tomando en cuenta la educación en línea; dicha actividad se puede aplicar mediante herramientas como: zoom, google meet, entre otros que no requieren de la presencialidad sino de la conexión a distancia.
Para finalizar, vale mencionar una actividad tomada del Manual para docentes mexiquenses (2013), la cual podría aportar mucho a la formación en valores dentro del entorno universitario. Dicha actividad se denomina: Pensar la educación desde los Derechos Humanos. Esta tiene como propósito comprender el enfoque para la educación fundado en el respeto y promoción de los derechos humanos y la formación cívica y ética. Como recurso proponen la película “Escritores de la libertad 2007”. La estrategia a emplear lo constituye el cine-debate y el aprendizaje cooperativo a través del trabajo en equipo.
Tal como se ha podido evidenciar a lo largo de este apartado, las estrategias mencionadas y otras existentes en diversas bibliografías pueden ser aplicadas en el entorno universitario a objeto de impulsar una formación de calidad en pro del fomento de los valores universales, ya que por medio del diálogo (exposición de ideas de forma alternativa), la dialéctica (discursos en contraposición para llegar a la verdad), la diversidad de opiniones (nociones distintas para el intercambio y enriquecimiento cultural), los argumentos (tesis que justifican un razonamiento) y el consenso (acuerdo entre las partes que conforman un grupo social), se podría fácilmente lograr conciliaciones sin violencia.
Valor hacia los demás en el campo educativo
Es bien sabido que no todos los seres humanos somos iguales y tenemos diferencias; no obstante, debemos tener presente que tales diferencias entre unos y otros son sumamente necesarias, por cuanto esto constituye la clave para la cooperación mutua y el avance de una nación. Por esta razón, se requiere de la ayuda de los docentes para contribuir al fomento de esta cultura de aceptación del otro hasta lograr una mejor calidad de vida que conduzca al bien común.
Todo esto lleva consigo resaltar el papel primordial que cumplen las escuelas y las universidades, ya que son las precursoras, junto a la familia, encargadas de ofrecer una formación óptima para la vida fundada en la armonía; de ese modo, se podrá fomentar la unión entre los habitantes de una comunidad, o nación.
Otro aspecto importante a resaltar es el papel de la identidad e idiosincrasia, sobre todo dentro del entorno universitario en el proceso de formación de los futuros profesionales. Para Turnenman (1996, p. 48), “la opción por la paz y por la Cultura de Paz sólo será posible en la medida en que sea una decisión y una tarea nacional, con las que puede cooperar la comunidad internacional”. También agrega que: “Es tarea de los nacionales darle a la Cultura de Paz un rostro autóctono. La Cultura de Paz en un país tendrá necesariamente su idiosincrasia y sin ella no tiene viabilidad”.
Lo expuesto por el autor citado reafirma lo elemental que es la aceptación del otro, la cual aunada a la valoración y el conocimiento de nuestras raíces, podrían favorecer la interacción pacífica no sólo dentro de la familia, la escuela y la universidad de una nación sino también entre naciones, por cuanto la raíz, la cultura, los valores, las tradiciones e inclusive el turismo de cada país enriquecería de forma positiva los modelos políticos, económicos y sociales de cada uno y todos vivirían en fraternidad, cooperación, respeto mutuo en función de la felicidad y el bien común.
Desde esta perspectiva, se puede afirmar que la cultura de paz como valor universal en el contexto universitario se fundamenta en una nueva perspectiva educativa y social que promueve la moral, la aceptación mutua, la diversidad, la argumentación y el consenso a partir de la interacción entre los individuos.
En términos generales y a manera de reflexión, cada teoría citada contribuye con un grado de arena para fortalecer el proceso educativo universitario; por lo tanto, si todos unimos esfuerzos es mucho lo que podemos lograr para alcanzar una forma de vida de calidad fundada en la paz y los valores universales.
Esta investigación derivada de la revisión bibliográfica de distintas teorías relacionadas con la cultura de paz como valor universal en el contexto universitario, pudo precisar que esto es posible siempre y cuando se tome en cuenta al ser humano con todas sus virtudes y diferencias, obviando la violencia como parte de la solución de los problemas.
Es por ello que valores como: el respeto, la honestidad, la convivencia armoniosa, la benevolencia, la rectitud y la sabiduría son factores clave que pueden contribuir a la sana convivencia y al bien común dentro de un contexto armonioso y confortable.
Desde esta perspectiva, tanto los aportes que ofrecieron los filósofos como la lógica de (López 2011) han coadyuvado a la generación de la cultura de paz, donde se han puesto de manifiesto: el diálogo, la dialéctica, la diversidad de opiniones, los argumentos y el consenso como parte de las estrategias implícitas en el fomento de dicha cultura dentro del aula universitaria y que además han trascendido del entorno educativo hacia el entorno social, político, económico, entre otros.
De igual forma, la cultura de paz tiene su fundamento en la moral, la aceptación mutua, la diversidad, la argumentación y el consenso a partir de la acción recíproca entre los individuos. Es bien sabido que todos los seres humanos somos diferentes; sin embargo, la cultura de paz como valor universal nos invita a reflexionar y sacar provecho de estas diferencias para emplear la dialéctica como punto de partida y así lograr el consenso, la cooperación mutua y el avance de una nación. En este marco, vale resaltar el rol del docente, quien por medio de sus mediaciones podría contribuir al fomento de la cultura de aceptación del otro, a fin de respaldar una mejor calidad de vida que conduzca al bien común.
Tomando como base los pilares: aprender a conocer, aprender a hacer y aprender a vivir juntos asociados a los principios de la cultura de paz, se pueden crear y aplicar estrategias sustentadas en la resolución de conflictos, la educación en valores (justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad, actitud crítica, compromiso, autonomía, diálogo y participación), educación desde y para la acción, proyectos educativos y paz positiva (paz entre los alumnos-padres-profesores y entre ciudadanos).
Finalmente, vale resaltar que toda la revisión bibliográfica realizada permitió descubrir las estrategias trascendentales propicias para la formación de individuos cuyas acciones se enfocan en el fomento de la cultura de paz y el bien común, lo cual se hace posible desde el contexto educativo (familiar- escolar- universitario) hasta reflejarse en el entorno social.
Alvarado, K. (2016). Cultura de paz en la escuela: retos para la formación docente. Revista Latinoamericana de Derechos Humanos, 27(2). 239-255. https://doi.org/10.15359/rldh.27-2.11
Esquivel, C & García, M. (2018). La Educación para la Paz y los Derechos Humanos en la creación de valores para la solución de conflictos escolares. Justicia, (33), 256-270. https://doi.org/10.17081/just.23.33.2892
Flores, Y. Suárez, M. & (2016). Importancia del valor de la paz para el favorecimiento de la convivencia escolar de los niños y niñas de 1er grado de la escuela nacional Bárbula I. https://n9.cl/ayzjx
Gallo, A. (2006). Introducción a los valores. https://n9.cl/njdtd
Juajibioy-Otero, H. (2019). Hacia una estructura compleja de la paz. Diálogo de saberes, (51), 175-197. https://doi.org/10.18041/0124-0021/dialogos.51.2019.5907
López, M. (2011). Teorías para la paz y perspectivas ambientales del desarrollo como diálogos de imperfectos. Luna Azul, 32, 85-96. https://n9.cl/u1dtv
Lozano, N. (2011). De Teorías, Metodologías y Prácticas para la Paz. VI Jornadas de Jóvenes Investigadores. Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. https://n9.cl/iexna
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Kuhn, T. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. Primera edición en español FCE, México.
Tünnermann, C. (1996). Cultura de paz: nuevo paradigma para Centroamérica. Proyecto UNESCO/Alemania 507/RLA/10.